Al parecer los vecinos decidieron vengarse de Camila y sus llantos nocturnos. Están reformando la cocina y los baños, así que todo el día hacen un ruido terrible. La chiquita ha tenido que hacer sus siestas en distintos lugares de la casa dependiendo de dónde provienen los martillazos. Hoy vinieron los primos y fue un reto conseguir que los tres pequeños pudieran dormir un poco.
lunes, 21 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Que se pongan a zapatear los niños al compás del jarabe tapatío (eehh.. porque los vecinos son los de abajo, ¿no?)
Publicar un comentario