jueves, 19 de febrero de 2015

18 meses de Jacobo

La mamá llevaba un par de meses diciendo que Jacobo tenía año y medio,  pero por fin es cierto.  Año y medio... Se dice pronto,  pero es increíble que el chiquitín de la casa ya sea así de grande.




En este último mes los cambios han sido muchos.  Ya corre, por ejemplo, y dice más palabra, como Rara (Clara), lleta (galleta), Elly (la elefante rosa de Pocoyó), Cuac Cuac (pato,  cómo no), Muu (vaca), Pampa (Tío Juampa), ente (caliente), ayayai (para cosas peligrosas)... Y una que nos encanta: Tonto.  Cuando se pega y no estamos con él,  va y nos busca y nos lleva de la mano para mostrarnos con qué se pegó y luego le da un golpe a la mesa, al juguete, al suelo o a lo que sea con lo que se haya pegado y dice "tonto".   También dice mucho "Ta",  que si lo acompaña con un gesto con las manos significa ¿dónde está? y si lo dice como afirmación significa "aquí está".  


Aunque habla poco (comparado con Camila a su edad), se hace entender a la perfección.  Por ejemplo si le damos un trozo de pan,  nos coge de la mano y nos lleva a la cocina y nos muestra la mermelada. O si quiere oir música,  va y nos busca,  nos coge de la mano y nos lleva al equipo de sonido y nos muestra el disco que quiere.  O si se le cae uno de sus huevos de mentiras (le encanta jugar con huevos) en un sitio al que no llega,  va y nos busca y nos señala el lugar y dice "Ou, ou".  Y también lo entiende casi todo. Un día, por ejemplo, la profesora me contó que se había pegado en la cabeza, pero él no estaba oyendo.  A la salida le dije entre mimos: "¿que hoy te pegaste? Pobre..." y me mostró dónde se había pegado. O el otro día,  que me dio un disco de Elmo para que se lo pusiera en la tele y dije en voz alta,  más para mí: "ah, no, no te voy a poner pelis hasta que no recojamos todas las fichas del cuarto" (pues habíamos estado haciendo torres), y de inmediato se fue al cuarto a recoger todo... 


También le encanta comunicarse con los electrodomésticos. Una vez al día, mínimo, va a la cocina y visita al minipimer y le hace ruiditos como con la garganta (algo como grruhhhhh grruhhhhh ),  o habla con la aspiradora, o con el secador.

En cuanto a la comida,  pues después de varias semanas malito (encadenó otitis, faringitis y gastritis) por fin parece haber recobrado el apetito.  Tiene sus días, pero en general no podemos quejarnos. Sus cosas favoritas son: el huevo, el yogurt, los macarrones, el jamón serrano (fue el que más disfrutó de la paletilla que nos regalaron), la pera y las fresas. Una buena noticia es que salió igual de gazpachero que la hermanita, y siempre se quiere tomar el gazpacho él solito (con el reguero que eso implica). 


Se parte de la risa cuando Camila juega a imitarlo (a ver si conseguimos hacerles un video), o a perseguirlo, o a recochar con él en el túnel y los pufs.  Los tirones de pelo quedaron atrás.  Ahora es muchísimo más cariñoso, y por ejemplo si ella se pega,  le acaricia la cabeza y le da un besito, y si sabe cuál fue el culpable, le da un golpe y, cómo no,  le dice "tonto".   Y si ella juega a imitarlo,  él la imita en todo, quiere hacer todo lo que ella hace, comer todo lo que ella come, subirse a donde ella se sube... Y aprende todo lo que ella le enseña.  Por ejemplo,  le enseñó a preguntar con gestos "¿qué hora es?": se señala la muñeca y luego abre las manos hacia los lados a modo de pregunta. 


El día que cumplió año y medio le celebramos el Día de Jacobo,  aunque obviamente él sigue sin enterarse mucho. A Camila se lo celebramos desde los dos años y medio, una edad a la que ya era del todo consciente de que era un día especial, así que por ahora fue más una celebración para los demás.  Jacobo llevaba tres días con fiebre altísima así que no estaba para mucha fiesta, pero en la tarde,  con los remedios haciendo efecto, sí que pasó un buen rato de buen ánimo y feliz.  Era carnaval, así que nos disfrazamos en casa y le dimos su regalito: un lego de supermán ("man") para el supermán de la casa. 


Cosas bonitas

El otro día me di cuenta de que tenía 31 entradas en la carpeta de borradores.  Me pareció rarísimo, pues nunca me había fijado,  y decidí echarles un vistazo.

Casi todos los borradores resultaron ser entradas sin título ni contenido o versiones de entradas que luego se publicaron (al confirmar si sí aparecían en el blog terminé leyendo cosas de hace 3, 4 o 5 años que había olvidado completamente, como lo de la mordedura de león, la Camila más maternal,  o la historia de la salchicha para Camiloco,  y quedé absolutamente encantada de revivir esos momentos).

Pero también encontré un par de entradas que comenzamos y nunca terminamos.  Hubo una que me pareció especialmente conmovedora y que no recuerdo por qué no publiqué. Se llamaba "Cosas bonitas",  y la redacté el 31 de diciembre de 2012, cuando tenía casi dos meses de embarazo. Ahora que ha pasado el tiempo me parece irresistible publicarla tal como la dejé en el tintero:


Cosas bonitas 
Camila le cuenta a todo el mundo: "mi mamá tiene un bebé en la panza", y cuida a la mamá más que nunca.  Le dice que no corra, se preocupa por qué puede comer y qué no,  le advierte que no la cargue...  Y también la consiente especialmente y todo el tiempo dice frases como "Tú mandas porque tienes un bebé en la panza", o "puedes pedir lo que quieras porque tienes un bebé en la panza", y la mamá contenta. 
Camila tenía muchísimas ganas de tener un hermanito, y aunque hace unos meses comentó: "Quiero que sea al azar,  niño o niña, como un sobrecito de lego,  que uno no sabe qué va a salir",  desde que se lo contamos tiene clarísimo que quiere que sea una niña y que se llame Emma.  Y se la pasa imaginándose cómo será, y qué hará,  y cómo es ahora: "¿Ya se ríe?"  "¿Le gusta que comas picante?". 
Con lo ilusionada que estaba y con la experiencia que tiene con los amiguitos pequeños, estamos seguros de que será una hermana mayor estupenda. 

Y vaya si lo ha sido.


Sospechoso

El otro día encontramos así el cojín de una silla del comedor:


Ya teníamos en mente un sospechoso, pero cuando fuimos a interrogarlo no nos quedaron dudas, se delató él solito:



miércoles, 11 de febrero de 2015

Arte efimero II

Ya contamos que los papás practicamos algo de arte efímero con las meriendas de Camila.  Pues ahora Camila es la artista.

Desde hoy hay que sacar a la calle el cubo de la basura orgánica.  Como las de todos los vecinos del pueblo son iguales había que marcarlos,  y nosotros le pedimos a Camila que se encargara. Se puso manos a la obra ...


Y este fue el resultado:


Aunque nos daba algo de penita, ya dejamos a la Princesa de la primavera aguantando frío en la calle. Nos encantaría ver la cara de la persona que se encargue esta noche de sacar el contenido.

Carnaval

Estamos en plena semana de carnaval y ayer al ir a recoger a Jacobo a la guardería miren lo que me encontré:



2

Tener dos hijos no es tarea fácil. A veces es estresante, a veces agotador, a veces agobiante... Se duerme poco,  la casa se mantiene desordenada,  no queda casi tiempo libre...  Pero es algo absolutamente maravilloso.

Repasando las fotos del viaje a Colombia me encontré estas de los dos chiquitines.  Felicidad, pura y dura felicidad.






Jacobo. 17 meses

Seguimos sin poder actualizarnos del todo, y la entrada sobre Colombia sigue pendiente, pero no queremos dejar pasar un mes más sin contar cómo fue el mes número 17 de Jacobo...


La primera mitad del mes estuvimos en Bucaramanga.  Jacobo estuvo muy feliz. Daba gritos de alegría cada vez que se daba cuenta de que íbamos a la piscina ("agua"), elegía por turnos acompañantes para sus paseos de exploración por Versalles, estaba encantado con los trayectos en taxi (saludaba y se despedía de los taxistas efusivamente y bailaba al son que le pusieran), comió paletas, carne oreada, tamal y arepas santandereanas, visitó a los conejitos del parque, jugó con los juguetes de Papá, se divirtió con las sábanas colgadas en la terraza de la Tata...




Pero lo más importante fue que pudo pasar mucho tiempo con los abuelitos.  Con la Tata ya había confianza, y la relación se reforzó, pero la novedad fue convivir con Totó y Clara. Aunque a veces se mostraba un poco esquivo, terminaron por hacerse bastante amigos. Es más, una de las palabras del mes sin duda fue Totó. No paraba de buscarlo y llamarlo con su boquita estirada: "Totó,  Totó".



Luego regresamos a Arenys y fue bonito ver cómo reconocía sus juguetes y sus espacios. Y a la Iaia y Javier, que lo esperaban ansiosos. El primer día estaba como loco recorriendo toda la casa sorprendiéndose con cada cosa que reconocía.


Y luego llegó la vuelta a la guardería, que ya nos imaginábamos que sería dura.  Volvió a llorar en las mañanas,  aunque se le pasa pronto y luego se divierte un montón, y Marta, la profesora, lo encontró mucho más grande y cariñoso y ágil después del mes y medio de vacaciones.   Y con la vuelta a la guardería,  y al frío, volvieron los mocos, las otitis y la tos. Inevitable.  Por suerte papá está en casa y puede cuidarlo cuando está malito y la Iaia y Javier también.

Desde que llegamos duerme en el cuarto con Camila, y aunque se sigue despertando varias veces en las noches, la hermanita ni se entera. La idea era que la lactancia se acababa apenas volviéramos,  pero después de tanto tiempo de barra libre en Colombia, el chiquito estaba demasiado enganchado y no fue tan fácil como pensábamos, así que vamos poco a poco.

Jacobo estuvo en Colombia justo a la misma edad que fuimos con Camila. No se acordará de nada, pero sin duda la experiencia del viaje lo influyó muchísimo y cuando vea las fotos disfrutará               imaginándose todo lo que vivió.