lunes, 29 de octubre de 2012

No le para bolas

Camila tiene un lego de Batman que le encanta,  y además ha jugado mucho a Batman en la Xbox con papá, así que se sabe muchas de las historias del cómic.  Hace un momento,  justo antes de dormirse, le dijo a la mamá:

Sabes qué,  Harley Quinn está enamorada del Joker y es muy divertido porque él no le para bolas.

Nos parece simpatiquísimo cómo esta colombianita cada cierto tiempo nos sale con colombianadas. 

jueves, 25 de octubre de 2012

Historias al cubo

Camila y papá le regalaron a la Mamá un juego estupendo.  Son nueve dados con diferentes objetos  en sus caras. Se lanzan y hay con todo lo que salga hay que inventarse una historia. En esta casa solemos contar historias casi todos los días, de esas que Camila llamaba "cuentos con la boca",  y a veces nos exigimos incluir ciertos elementos en la narración,  pero esta nueva forma de contar historias con los dados también ha resultado muy divertida.

Esta fue la primera historia de Camila:


Había una vez un castillo abandonado y al lado había una huella de un monstruo que comía flores y que tenía una tortugüita que era su amiga.  Al lado del castillo había un puente. Un día se cayó una estrella y un niño la vio y se puso feliz. Entonces llamó a su mamá por teléfono y le contó. Y ya era tarde y era hora de dormir.  Y colorín colorado,  este cuento se ha acabado. 

(Ahora, repasando entradas antiguas para escribir esta, me encuentro con historias que había olvidado por completo, no sólo las contadas por mi sino también las contadas por Camila, o las inventadas entre las dos.  Hay días que realmente me parece una maravilla haber seguido con este blog.)



Es culpa de la película

Camila lleva bastante tiempo muy susceptible a la hora de ver películas y sufre muchísimo ante cualquier momento de tragedia o tensión. Hace meses no vamos a cine y ella misma evita ver casi cualquier tipo de película, pues le teme a los malos, así sean malos inofensivos:  "mejor no la veo porque voy a llorar". No soporta ni las antiguas de Disney ni las de Pixar, y su ideal sigue siendo Totoro, porque, precisamente, no tiene malos. Ayer vimos los cortos de Planeta 51 y papá le preguntó si le gustaría verla, y su respuesta fue: "Yo creo que sí,  pero si lloro es culpa de la película".



lunes, 15 de octubre de 2012

De esas cosas que ya casi no pasan

El otro día Camila ya se había lavado los dientes y fue a darle un besito y un abrazo a la mamá, que estaba recostada en el puf.  A los diez segundos la chiquita se quedó profundamente dormida.  La mamá aprovechó el momento y se quedó con ella así media horita más, pues es de esas cosas que ya casi no pasan y no se sabe si volverán a pasar.


sábado, 13 de octubre de 2012

Un guisante


El otro día, antes de salir del trabajo, la mamá llamó para preguntar si papá o Camila tenían algún encargo.  El papá dijo que no y le transmitió la pregunta a Camila, que dijo: "Sí, dile que me traiga un guisante".  En los últimos días le hemos leído un par de veces "La princesa y el guisante", así que Camila quería dormir con un guisante bajo el colchón para ver si lo sentía y de ese modo confirmar que es una princesa "de verdad verdad".

Pues bien,  después de varios días buscando infructuosamente un guisante fresco (no es temporada),  por fin la mamá optó por comprar una bolsa de guisantes congelados, y Camila le pidió que esta noche hiciéramos la prueba.  Le insistimos en que la gracia es que ella no sepa que el guisante está puesto,  y su solución fue: "me lo pones ahorita,  sin que yo me de cuenta".

Al irse a la cama comentó que no sentía nada de nada, y después de un rato decidió sacarlo y ponérselo directamente debajo de la sábana.



sábado, 6 de octubre de 2012

Oscuridad

Desde hace un par de días Camila comenzó a tenerle miedo a la oscuridad.  Antes no le importaba para nada atravesar media casa a oscuras para llegar a su cuarto (es más,  hasta hace unos meses no había luz en el pasillo), pero ahora va encendiendo las luces de todas las habitaciones por las que va pasando y si está medio oscuro sale corriendo.  El papá recuerda haberle tenido muchísimo miedo a la oscuridad cuando pequeño. Esperemos que a Camila no le dure tanto.

martes, 2 de octubre de 2012

Sábados

Desde hace más de un año Camila duerme los sábados en la cama de los papás. Es una buena estrategia, pues ya sabe que el resto de la semana no puede pasarse ni pedir dormir con nosotros, y por otro lado los despertares del domingo se vuelven divertidos.  A veces se le olvida y un par de días después cae en cuenta, o a veces, si le cuesta mucho dormirse o tiene un poco de miedo, propone cambiarlo por otro día, pero en general ya sabemos que el sábado dormimos los tres juntos, un poco incómodos  pero contentos, pues pese a las patadas, los empujones y las destapadas,  nos gusta tenerla entre nosotros.

Pues bien,  el sábado pasado, a la hora de dormir, la mamá le preguntó: "¿Qué día es hoy?".  Y Camila dijo: "Creo que no voy a dormir más con ustedes los sábados".  La mamá quedó sorprendida,  y hasta triste, y le preguntó cuál era el motivo. Su respuesta fue: "Porque les doy muchas patadas, y yo intento e intento no darles patadas pero no lo consigo. ¿Por qué doy patadas?". 

Así que se acostó en su cama, pero cinco minutos después la vimos pasar hacia el cuarto de los papás y meterse bajo las cobijas. Ufff...