En los últimos días Camila ha descubierto el hielo. El acontecimiento podría haber formado parte de una lista de descubrimientos recientes (las cremas, el helado, los dinosaurios...), pero terminó estando por encima de todos porque el hielo se ha vuelto un ingrediente casi fundamental de sus comidas, esto es, si no hay hielo, la chiquita no come. Sus platos preferidos han pasado a ser los espaguetis boloñesa con hielo, la sopa de verduras con hielo y la fruta con hielo. En contrapartida, los papás han tenido que reducir su consumo de hielo, pues cualquier bebida con hielo corre el riesgo de terminar con la mano de Camila entre el vaso.
domingo, 3 de mayo de 2009
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2 comentarios:
Jajaja, ¡buenísimo! Está cerca de Macondo... ¡Cosquillitas a Camila y saludos a los papás!
Bueno, esperemos que esto del gusto por el hielo, sea algo pasajero y que el gusto de Camila no se atrofie para siempre, je, je. Lo mejor es que esto puede no ser lo peor. Mi hermana cuando tenía 4 o 5 años decidió que se tomaba el caldo de costilla con el café o el chocolate adentro porque igual se iban a revolver en la panz... Una lógica infalible, je, je. ¡Me alegra mucho que el encuentro de Camila con la tierra de sus padres, abuelos, bisabuelos y toda la saga de tatara, tatara, esté saliendo tan bien; de lujo que conozca las delicias del trópico y que aprenda a sobrellevar los bemoles que tiene! Me alegraría más estar por allí y poder compartir un poco de esos aprendizajes; con esto del virus, hay quienes vuelven temporalmente a sus países y yo el otro día soñé que me devolvía para Bogotá y estaba muy emocionada porque conocería a Camila... el sueño terminó antes del encuentro... qué pesar! Muchos abrazos, con hielo, (sólo si es estrictamente necesario, je, je).
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