Desde hace varios meses tenemos una técnica perfecta para que Camila duerma toda la noche de largo en su camita, y consiste en que un día a la semana, los sábados, puede dormir con nosotros. Ella lo tiene súper presente y entre semana suele decir, por ejemplo, "Hoy es martes, no puedo dormir en la cama de los papás". Y cuando cae en cuenta de que es sábado, se pone feliz y dice "Hoy SÍ puedo dormir en la cama de los papás", aunque a veces se le olvida, o después de unos minutos intentando conciliar el sueño al final se va para su cuarto. Es una técnica que nos encanta, pues a nosotros también nos gusta dormir con ella de vez en cuando (pese a las patadas, los puños y la permanente lucha por arroparla), y de este modo lo conseguimos sin que se vuelva una mala costumbre o un dilema diario. En contadas ocasiones también la hemos pasado a nuestra cama si se despierta de madrugada, o si se le riega el teterito de agua, como el otro día, pero de resto siempre duerme de largo y sin interrupciones una media de 11 horas, algo que apreciamos mucho, muchísimo, sobre todo después del primer año y medio que tuvimos.
Pues bien, anoche por primera vez se pasó a nuestra cama sin que nos diéramos cuenta. De repente estaba entre los dos, bajo las cobijas y pidiendo un teterito de agua. La mamá pensó que el papá la había pasado, y el papá pensó que la mamá la había pasado, y sólo esta mañana caímos en cuenta de que ella solita se había subido y se nos había acomodado en medio. Y es que hay que reconocerlo, no hay nada como dormir en la cama de los papás.
miércoles, 4 de mayo de 2011
La cama de los papás
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1 comentario:
aaandaa... aunque sea lunes, martes, miércoles...!
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