Casi un mes después, podemos decir que a Camila el miedo a la oscuridad, por fortuna, le duró muy poco. Hace más de una semana que no va encendiendo todas las luces de las habitaciones por las que va pasando y ya se anima a atravesar espacios a oscuras. Es más, va por ahí apagando luces que no se necesitan y nos regaña cuando dejamos alguna luz encendida. Esperamos no estar cantando victoria antes de tiempo, pero nos alegra que sus miedos se hayan ido tan rápido.
lunes, 12 de noviembre de 2012
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