El sábado Jacobo cumplió cuatro meses. Sigue encantador, aunque lo cierto es que a ratos es un poco lloretas. Todavía no tiene las siestas ni las comidas muy regulares, así que a veces no entendemos muy bien si llora de hambre o de sueño, o de las dos cosas, pero bueno, no podemos quejarnos, en general se porta muy bien. Disfruta muchísimo el baño y el cambiador es uno de sus lugares favoritos en el mundo (por suerte, porque sigue teniendo que pasar po ahí varias, demasiadas, veces al día). Ya está mucho más activo, con la mirada más atenta y coge todo lo que esté al alcance de su mano, incluido el pelo de Camila, que se gana unos buenos tirones cuando se acerca a darle besitos y a jugarle. Y es que hay pocas cosas que le gusten más que los besitos y cariños de su hermana. Es increíble lo mucho que se ríen juntos los dos hermanitos.
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