lunes, 6 de octubre de 2014

Trece meses y contando



Jacobo ya cumplió los trece meses hace medio mes, así que ahora en realidad está más cerca de los catorce,  pero no queríamos dejar de contar cómo ha estado últimamente.

La adaptación en la guardería no ha sido tan fácil, aunque cada vez se lo pasa mejor. Cuando lo dejamos se queda llorando a mares (cuando salimos del edificio seguimos oyendo sus gritos), pero nos dicen que se le pasa prácticamente al instante,  algo que nos consuela, aunque inevitablemente nos parte el corazón dejarlo llorando.  Ya se queda a comer y dormir y lo recogemos a las 3. Nos alegra llegar y encontrarlo feliz y tranquilo jugando.  Y la Iaia y Javier lo siguen cuidando a ratos, aunque seguramente menos de lo que quisieran.  El último día que estuvo en Canet se lo pasó feliz y hasta estuvo un buen rato sentadito en la puerta como un vecino más.


Ya camina bastante, aunque muchas veces opta por el gateo o las cuatro patas, y tenemos que estar muy atentos, pues en segundos es capaz de llegar de un extremo al otro del salón y treparse en la silla roja, escalar el espaldar y asomarse al vacío, o llegar al baño e intentar tocar el agua de la taza.

En cuanto a vocabulario no ha avanzado mucho.  Aparte de Papá y Mamá,  sus palabras mas utilizadas son agua y luz, que siguen siendo "guagua" y "buf".  La primera foto es un momento "buf" total.

No hay día que no pida música cuando está sentado en su trona para comer.  Al desayuno, la comida, la merienda y la cena, de repente dice algo que suena como "hiiii", señala el equipo de sonido y lo mira a uno como pidiéndole el favor de que lo encienda.  A Camila le encanta que se lo pida.  Hemos probado diferentes tipos de música,  como rock en español o blues,  pero definitivamente lo suyo es el rock and roll.

Ya tiene 7 dientes,  cuatro arriba y tres abajo,  lo cual nos parece extraño,  pues lleva con esos tres un montón de tiempo y el cuarto nada que se anima a salir.  Ya come muy bien trozos de comida e intenta comer él solito, algo que le sale muy bien cuando son trozos de fruta, por ejemplo,  pero fatal cuando es el yogurt o la sopa. Sigue sin comer del todo bien,  pero no podemos quejarnos. Lo gracioso es que a Camila le desespera que a veces escupa alguna cosa o que nos se coma una galleta que uno le da, por ejemplo,  ay,  si la chiquita pudiera viajar en el tiempo y ver cómo comía ella....

En cuanto a la relación con Camila, siguen jugando muchísimo, se meten a recochar en la cuna juntos, juegan bajo las sábanas en la cama de los papás, en los pufs, con el túnel... hemos conseguido que no le tire tanto del pelo, y aunque lo sigue haciendo, a veces también se acerca y le acaricia la cabeza y le da besitos.  Ella se derrite, aunque a continuación el chiquitín vuelva y le tire del pelo, pero qué se le va a hacer,  para él es una tentación muy grande.








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