jueves, 15 de enero de 2015

Pintando con Totó

Una de las ideas del viaje era que Camila pintara con su abuelito Totó, y aunque les faltó tiempo, al menos pudieron tener un par de sesiones bastante productivas:



...y divertidas, como en la que usaron de modelo el "brum brum" de Jacobo.  Ese día se rieron como enanos.



 

Aquí la exposición del último día: 


Ojalá la experiencia se repita pronto en España.

7 años y contando


Camila ya había celebrado su cumpleaños en noviembre con los amiguitos del cole. El tema de la fiesta fue el cine, y hubo disfraces y actuaciones y pastel en forma de claqueta, e incluso entrega de Oscars. El grupo de Camila se ganó el Oscar a mejor vestuario (en la foto puede verse a una Camila con los ojos llorosos,  aunque sus lágrimas no fueron de la emoción sino de un golpe que le dieron justo antes de la entrega). Todos nos lo pasamos realmente bien en esa fiesta adelantada (esta frase es el pretexto para poner la foto de los cuatro que nos tomaron justo al final, ¿a que salimos muy bonitos?)








Y en diciembre por fin llegó el cumpleaños de verdad. El día comenzó tal como quería: con el desayuno en la cama, flores y regalos, aunque se despertó antes de que la despertáramos y se puso a llorar pensando que se nos había olvidado. Luego se calmó y volvió a acostarse para que pudiéramos entrar "por sorpesa". Jacobo la ayudó a apagar las velas, pues ya es todo un experto.


Y por la tarde, la fiesta.  La Tata, Totó y Clara le organizaron una bonita fiesta sorpresa con globos y guirnaldas y gorritos.  Camila estuvo feliz.


Este año fue un año bonito, en el que se pegó un buen estirón, se le cayeron los dientes de arriba, y por fin le empezaron a salir los nuevo, en el que se volvió una super lectora, en el que la vimos crecer feliz junto a su hermanito, cariñosa, dulce y, también, muy paciente. 

Jacobo. 16 meses

Después de más de un mes de abandono intentaremos retomar el blog poco a poco.  Para empezar, el cumplemés de Jacobo.  Justo hoy está cumpliendo un mes más, así que se nos acumulan las entradas.



Los 16 meses los cumplió Jacobo en Bogotá. Todos sentimos que en el tiempo que pasamos allí Jacobo se volvió mucho más personita, y es que entre tantas visitas a los amigos, taxis, restaurantes, comidas extrañas, gente y más gente, perros, ruidos nuevos, etc., fueron muchos los estímulos que recibió.

En general se portó muy bien. Saludaba a todo el que se cruzaba en su camino, coqueteaba con sus ojitos todo el tiempo, se acostumbró a dormir en restaurantes, taxis y calles ruidosas, disfrutó a más no poder sus pocos, poquísimos, juguetes (al pobre sólo le llevamos un carrito, una pelota y su libro de instrumentos, pero al final resultaron ser suficientes), comió mejor que en Arenys y por suerte sólo estuvo un par de días malito, pero lo que sí pasó fue que se volvió un poco adicto al Ipad y sólo quería comer viendo Pocoyó o videos de Youtube y no podíamos dejarlo por ahí porque si lo veía lo quería coger.  (Desde que volvimos a casa está en desintoxicación y no lo ha usado ni un solo día).


La relación con Camila también cambió. Comenzó a dejarse cargar mucho más y a jugar con ella  muchísimo, sobre todo si hay recocha y desorden de por medio. La busca, le propone juegos y es mucho más cariñoso.  Pero claro,  hay veces que no quiere nada con su hermanita y comienza a dar unos alaridos impresionantes si ella intenta cogerlo o darle un juguete o ayudarlo a poner un video en el Ipad o incluso hablarle. Quien lo ve,  con esa cara de santo:


El vocabulario no varió prácticamente nada. Podría decirse que la palabra del mes fue Ur (Yogurt).  Pero no sólo se aprendió la palabra, sino que también descubrió que en todas las casas que visitaba había una habitación en la que había una caja enorme con puerta en la que los guardaban, así que por donde íbamos pasando buscaba la cocina, se paraba frente a la nevera y decía "Ur".  Y en el 90% de las veces tuvo suerte.

Antes de irnos a Colombia las cosas iban mejorando en la guardería. No lloraba tanto y durante el día estaba más contento y juguetón. Había comenzado a comer con los más grandes sentado a la mesa y no en trona y participaba mucho más en los juegos.  Pero claro,  llegó el viaje y le rompimos totalmente las rutinas y pasó a estar con nosotros las 24 horas.

En fin,  fue un mes intenso y divertido, marcado por el viaje a Colombia.