A Jacobo las cosas se le viven apareciendo. Si encuentra un libro que no veía hace tiempo, si papá vuelve a casa después de que él lo haya estado buscando, si descubre una mano del Señor patata debajo de un cojín... su expresión de alegría y felicidad siempre está acompañada de un "apaeshió" que nos encanta a todos (ahora Camila también dice "apaeshió y desapaeshió" todo el tiempo).
Pues bien, el otro día estábamos en plenos arreglos de casa y Jacobo estaba jugando en su cocinita cuando de repente oímos un grito de alegría y fuimos corriendo. Lo encontramos muy feliz con su supermán en la mano: "APAESHIÓ", y nos mostró dónde lo había encontrado. Hace más de un mes lo había escondido en la cantina de leche que era del papá y con la que él y Camila tanto han jugado.
Bienvenido, Supermán.
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