Pese a nuestras suspicacias sobre las bondades del efecto Mozart, Camila lleva un par de semanas yéndose a la cama con el disco Mozart y sus amigos a la hora de dormir que le regaló su abuelo.
La música tranquila al parecer la relaja y le ayuda a conciliar el sueño...
O relaja a la mamá cuando llega la hora de ayudarla a conciliar el sueño.
O relaja al papá cuando llega la hora de dejar la oficina e ir a echarle una mano a la mamá, a Camila, al sueño.
En cualquier caso, el hecho es que por ahora Mozart parece funcionar.
Ahora bien, antes de reciclar el "efecto Mozart" como el "soporífero efecto Mozart" habría que hacer unas cuantas pruebas con otra banda sonora, sin banda sonora, bebé de control, etc.
Por el momento, sin embargo, vamos a acogernos a lo de "si funciona (o parece que funciona), no lo toques".
jueves, 1 de mayo de 2008
Mozart contraataca
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario