Hoy, antes de irse a la cama, la chiquita empezó de repente a decir ca-ca-ca, y la idea de que estaba a punto de decir su nombre fue muy (muy-muy-muy) emocionante.
Ca-ca-ca-mi-mi-la, como tantas veces le decimos.
Evidentemente, existe la posibilidad de que quisiera decir otra cosa. Para empezar "caca", por supuesto, pero dado que el debate sobre la caca o el popó terminó haciendo que en este piso eufemismos como "explosión de sabor" sean más frecuentes que "caca", no creemos que eso fuera lo que intentaba decir.
Continuará...
jueves, 19 de febrero de 2009
Ca-ca-ca... (casi)
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