Hoy en la mañana Camila nos sorprendió.
Se despertó despelucada y sonriente, y tras unos minutos recochando en nuestra cama, el papá dijo "hay que cambiar el pañal". Entonces Camila se fue al extremo de la habitación, cogió el cambiador (un especie de hamaca con marco metálico para colocar encima del corral portátil) y lo cargó hasta la cuna, donde intentó instalarlo ella sola. Los niños son esponjas, como dicen.
La escena, sobra decirlo, nos ha tenido toda la mañana con una sonrisa en la cara.
martes, 14 de abril de 2009
Cambiador
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1 comentario:
Me alegró mucho ver como están disfrutando del viaje, de la familia, de los amigos, y veo también de una deliciosa granadilla...me antojé..Tener varios mundos enriquece, hay que aprovecharlo, ya comió pepitoria? Un beso
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