Ha sido una ardua labor pero ya tenemos las ciento veinte estrellas, que, según hemos entendido, se han reunido con su madre, o algo así (la historia era algo confusa).
Inicialmente pensamos que éste sería, por un buen tiempo, el último juego que jugaríamos juntos, pero en vista de las patadas y los saltos que Camila ha dado estas noches, hemos empezado a pensar que, quizá, sea el primero que jugamos los tres.
martes, 4 de diciembre de 2007
Juegos maternolácteos II
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