Esta noche, después de casi cuatro meses, Camila se durmió en su camita. Todo este tiempo ha dormido ahí, pero sólo conciliaba el sueño en el suelo de su cuarto. No había manera de convencerla de que se subiera a la cama, ella se acomodaba con su cojín de lactancia en el piso (con tres capas de cobijas a modo de tapete para protegerla del frío), y se ponía a leer, o a cantar o a tomar tetero feliz. Después de un rato, a veces un rato muy largo, por fin se dormía, y los papás tenían que pasarla en brazos a la cama, donde seguía dormida hasta el día siguiente.
Hoy, como si nada, puso su cojín en la cama, se acomodó con su ovejita, pidió el tete y que la arroparan y diez minutos después estaba profunda. Ya veremos si mañana no vuelve a cambiar de opinión...
viernes, 7 de mayo de 2010
¡A la cama!
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