Desde hace más de un año Camila duerme los sábados en la cama de los papás. Es una buena estrategia, pues ya sabe que el resto de la semana no puede pasarse ni pedir dormir con nosotros, y por otro lado los despertares del domingo se vuelven divertidos. A veces se le olvida y un par de días después cae en cuenta, o a veces, si le cuesta mucho dormirse o tiene un poco de miedo, propone cambiarlo por otro día, pero en general ya sabemos que el sábado dormimos los tres juntos, un poco incómodos pero contentos, pues pese a las patadas, los empujones y las destapadas, nos gusta tenerla entre nosotros.
Pues bien, el sábado pasado, a la hora de dormir, la mamá le preguntó: "¿Qué día es hoy?". Y Camila dijo: "Creo que no voy a dormir más con ustedes los sábados". La mamá quedó sorprendida, y hasta triste, y le preguntó cuál era el motivo. Su respuesta fue: "Porque les doy muchas patadas, y yo intento e intento no darles patadas pero no lo consigo. ¿Por qué doy patadas?".
Así que se acostó en su cama, pero cinco minutos después la vimos pasar hacia el cuarto de los papás y meterse bajo las cobijas. Ufff...
martes, 2 de octubre de 2012
Sábados
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