Desde hace varias semanas Jacobo ya se sienta. Eso le ha abierto un mundo de posibilidades: se entretiene más jugando solito, ya puede comer en la trona, ir en el coche de grande, bañarse sentadito en una bañera inflable... A veces pierde el equilibrio, aunque cada vez menos, y creemos que pronto estará gateando.
Esa es de esas cosas en las que es inevitable compararlo con Camila, y es que a nivel de motricidad la chiquitina iba a otro ritmo: se sentaba a los cinco meses, a los siete ya gateaba, comenzó a caminar a los diez... aunque bueno, no es que tengamos afán de que comience a gatear, sabemos que cuando lo haga nos lo pasaremos persiguiéndolo y sufriendo porque no se caiga, se golpee o se encuentre cosas que llevarse a la boca.
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