viernes, 24 de abril de 2015

El Ratón Pérez y el diente perdido

A Camila se le cayó un nuevo diente.  Esta mañana en el desayuno estuvimos inventándonos una historia en la que una niña dormida, al girarse, le daba sin querer un empujón al Ratoncito Pérez y hacía que se diera un golpe contra el borde de la cama y se desmayara, con lo cual no recogía ningún diente más esa noche. Al otro día la niña se lo encontraba junto a su cama y descubría que el golpe le había hecho perder la memoria.

La historia comenzaba bien,  pero ya era hora de salir para el colegio y la mamá despistada dejó el diente sobre la mesa.  Pues bien,  el diente desapareció.  Ya barrimos y buscamos por todas partes, pero nada,  no lo encontramos.  La mamá aceptó su culpa (aunque intentó echársela al papá, todo hay que decirlo), y le pagará el diente a Camila, que se lo tomó bastante bien.

No sabemos si fue una venganza del Ratoncito Pérez o si es simplemente un despiste más de la mamá despistada, pero el hecho es que Camila comienza a acumular sus propias historias con los dientes. El primero se lo comió,  otro se lo quedó de recuerdo y ahora este se lo perdió la mamá.

24.04. Actualización:  Esta mañana Camila encontró el diente enredado en los pelitos del tapete del baño. Camila lo encontró, así que esta noche lo dejará bajo la almohada y caso resuelto... uffff.

1 comentario:

Ángela Margoth dijo...

Este cuento tiene que escribirse, con la parte del cuento inventada y la parte real, de la pérdida y la encontrada, está buenísimo! Y me quedé con una duda: ¿Cómo o cuánto iba a pagar la mamá por el diente?