Cuando Jacobo quiere conquistarnos, o más bien chantajearnos, nos pide las cosas poniendo su carita tierna. Ya sabe que le funciona, y si por ejemplo quiere un chocolate, o jugar a algún juego especial, o que le lean un cuento, inclina su carita hasta casi apoyarla en el hombro y pregunta "¿Sí?", y todos cedemos.
El otro día la mamá estaba de espaldas a Jacobo en casa de la Iaia, ocupada lavando alguna cosa en el lavaplatlos, y él intentaba convencerla para ver una peli antes de dormir. La mamá le decía que no, que ya era tarde, que era hora de dormir, etc. Y de repente Jacobo le dijo: "Pero mírame, porque estoy haciendo caritas". Claro, sin contacto visual no lograba el efecto esperado.
Esta es su carita tierna. Aquí pidiendo que lo cargaran porque estaba "muy cansadito". ¿Cómo negarse?
miércoles, 12 de abril de 2017
Caritas
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