Una reacción automática al llanto de Camila es darle muchos besitos, por lo general acompañándolos de un "ya pasó, ya pasó".
Pero, nos ha dado por pensar, los besitos son un consuelo precario, que por ahora sirve más para aliviar el sentimiento de impotencia de los padres, que para calmar a la chiquita.
Un día después de las vacunas volvimos a comprobarlo cuando tuvimos que quitarle las curitas que le habían puesto en los dos sitios donde la pincharon.
Llanto, besitos, "ya pasó, ya pasó", lagrimitas. Al final, los desconsolados éramos los tres.
jueves, 21 de febrero de 2008
Sana que sana
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1 comentario:
Bueno... ya pasó, ya pasó...
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