Hoy, al terminar de ver una película, justo cuando íbamos a apagar la tele, por casualidad quedó sintonizada en un programa de cocina de Arguiñano. Ya era la hora de dormir, pero Camila dijo "Esta no la hemos visto, ven, mamá, te va a encantar". Y mamá e hija se acomodaron en el sofá y vieron la "peli del cocinero" con sumo interés. Además el acompañamiento era cuscús, que a Camila le gusta mucho, y estaba feliz de verlo en la tele.
Camila iba haciendo preguntas todo el tiempo: "¿Por qué corta el pollo?", "¿Qué es eso? ¿Pimiento verde? Me encanta el pimiento verde", "¿Por qué otros cinco minutos en el horno?", y comentando todo tipo de cosas, como "mira cómo corta de rápido", o "Ese cuchillo es pequeñito como yo y el pimentero es grande como papá. Papá, papá, ven, mira..."-.
En fin, que le encantó la experiencia de ver un programa de cocina y dijo que quería preparar la receta de inmediato, "¡ya!". La mamá le prometió que mañana comprarían pollo, champiñones y todo lo demás, y que en la noche prepararían la cena entre las dos. Camila se fue a la cama y seguro se durmió pensando en eso, pues las últimas palabras que le oímos decir antes de que se quedara profunda (pues suele quedarse en su camita cantando y hablando sola un buen rato) fueron "hay que comprar cebolla, pimientos, uno rojo y uno verde..."
martes, 21 de septiembre de 2010
Cebolla, pimientos, uno rojo y uno verde...
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1 comentario:
Esta entrada me pareció particularmente bella. Un abrazo a todos por allá.
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