Dicho y hecho. A la salida del cole fuimos todos a comprar los ingredientes y en la noche mamá e hija nos pusimos manos a la obra. Papá cayó en cuenta de que Camila tenía los mismos ingredientes en su cocinita, así que preparamos a la vez un plato de mentiras y uno de verdad.
Camila ayudó muchísimo: peló la cebolla, sazonó el pollo, picó los champiñones (todos los champiñones), despedazó un tomate y preparó el cuscús.
No hay duda, pasamos un rato muy bonito y muy divertido.
Además, los dos platos salieron muy bien, al menos en cuanto a la presentación. Sólo nos faltó el perejil, algo que Arguiñano consideraría imperdonable, pero por suerte unas hojitas del ficus del balcón nos sirvieron de sustituto.
En cuanto al sabor, podemos afirmar que a Camila le gustó mucho el pollo, pero el pisto, para ser sinceros, no quiso ni probarlo.
Ps. Pueden hacer clic en las imágenes para verlas más grandes. Y si se animan a probar la receta, aquí podrán encontrarla. No es la receta que habrían elegido los papás, sobre todo desde que vieron juntos Todo es mentira (1994), pero fue la que quiso preparar Camila.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Cocinerita
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2 comentarios:
¡Ay, qué entrada tan fantástica! Yo también he tenido siempre reservas con el pisto, y por los mismos motivos que los papás, pero me comería sin dudarlo ese tan delicioso preparado por Camila.
¡¡Me encantan las fotos y Camila cocinando!! Un abrazo!
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