jueves, 27 de noviembre de 2014
Bogotá
Ya llegamos y la lluvia no dio un par de días de tregua. Ya pudimos caminar por la Séptima en domingo, ya desayunamos chocolate con almohabanas, pandeyucas y pandebonos, ya vimos unos cuantos amigos, ya disfrutamos de la vista de los cerros, y bueno, por otro lado, ya pasamos horas buscando un taxi y ya respiramos un poco de esmog, qué se le va a hacer, es Bogotá.
Pero, lo mejor de todo, es que pudimos reunirnos y estar todos juntos en familia.
miércoles, 19 de noviembre de 2014
Paseo
Desde hace tiempo teníamos ganas de hacer un paseo todos en grupo y por fin lo logramos. Conseguimos una casa rural maravillosa con cuatro cunas, cuatro tronas, juguetes, patio, jardín y un montón de espacio para todos.
Fueron sólo tres días, y no pudimos ni charlar todo lo que queríamos, ni jugar todo lo que queríamos, ni descansar todo lo que queríamos, pero lo pasamos muy bien y todos quedamos con ganas de repetir. Comimos rico, celebramos Halloween, disfrutamos de la naturaleza... Y fue especialmente bonito ver a los cuatro chiquitines juntos ya interactuando más entre ellos y también con los grandes.
Aquí unas cuantas fotos de recuerdo.
domingo, 16 de noviembre de 2014
Papá
El otro día Jacobo se encontró una moneda de papel de Camila y se acercó a la mamá para mostrársela. La sorpresa fue cuando señaló la imagen y dijo: "Papá". Y en realidad un aire sí que tiene...
La castañera
Desde tercero de primaria los niños no van disfrazados al cole, así que este año fue la última vez que Camila se vistió de castañera. Aquí está con dos de sus mejores amigas: Jana y Eira.
Quince meses de Jacobo
Ya sabe decir hola (holla), más (ma), globo (pa), nariz (ñu ñu) y dientes (dish). Ya sabe cual es el puesto de muchas cosas: las galletas, los zapatos, los libros... En realidad todo el tiempo está aprendiendo y aprendiendo y no nos damos cuenta sino hasta que nos sorprende.
Ya tiene DNI, pasaporte y maleta, así que está completamente listo para el viaje a Colombia. Le habíamos tomado esta foto sonriente pero no la valieron y le tomaron una en la que salió con cara de susto, pero igual de bonito.
Sigue sin llamar de ningún modo especial a su hermanita, que está aquí viendo la entrada y me pide que diga que lo quiere mucho mucho.
Y es que este chiquito, aunque tiene carácter y a veces es un poco rabietas, se hace querer.
lunes, 10 de noviembre de 2014
Nuestros pandas
Después de una gastroenteritis y un resfriado, ahora Jacobo está con otitis. El viernes estuvo muy malito: con fiebre, adolorido, desanimado, inapetente. En cierto modo revivimos la otitis que tuvo Camila cuando iba a cumplir un año (ahora al leer la entrada que hicimos en su momento vemos que la consideramos la peor experiencia de su primer año de vida), y, sobre todo, estamos reviviendo la pesadilla de los remedios. Justicia divina, dice la Iaia, pues la mamá también era un desastre a la hora de tomarse los remedios, pero el hecho es que el momento del antibiótico nos resulta bastante difícil, aunque por suerte Camila ya no llora.
La guardería, el baile, la vida
Ya contamos que Jacobo se queda llorando en la guardería (bueno, cuando va, pues últimamente ha encadenado un virus tras otro y se ha quedado en casa casi dos semanas seguidas), y aunque nos da penita, en realidad nos gusta que vaya, que conozca otros niños, que se haga más independiente, que interactúe con otras personas y otro entorno, que aprenda cosas nuevas... Y es que hasta ahora todo lo que ha visto, oído, olido, etc., ha sido bajo nuestra influencia, así que es curioso comprobar que comienza a aprender cosas fuera. El otro día pusimos música y cuál no sería nuestra sorpresa al ver que se puso a bailar con las manos en la cintura de una forma en la que estamos seguros que no le hemos enseñado nosotros. Es un detalle tonto, pero nos hizo pensar que así es la vida, que poco a poco irá definiéndose, eligiendo lo que le gusta, escogiendo su forma de hacer las cosas, incluyendo, como no, su forma de bailar.
Zombie
Desde que Jacobo comenzó a caminar queríamos poner un video de su andar de zombie. Han pasado las semanas y cada vez es menos zombie y más humano, pero aquí quedan un par de videos de recuerdo.
martes, 4 de noviembre de 2014
Amores y celos
Jacobo y Camila se lo pasan muy bien juntos. Hay momentos en que se quedan jugando solitos un buen rato y es una maravilla verlos. El otro día, por ejemplo, entramos a la sala y nos los encontramos así:
Y es que a Jacobo le encanta recochar con su hermanita y a Camila le fascina que él la busque y se le trepe y la abrace...
Pero claro, a veces Jacobo no es tan cariñoso y mimoso como le gustaría a Camila, o reacciona con brusquedad a sus besos y abrazos. O incluso a veces es muy celoso y se pone bravo cuando la mamá la carga a ella o se arruncha con ella en el puf. Directamente va a tirarle del pelo o a empujarla para que se aleje de la mamá.
Camila a veces se pone triste y dice que él no la quiere tanto, o se queja de que le pegue o le tire del pelo. Intentamos explicarle que él no es consciente de su fuerza o de que se esté portando mal con ella, y que poco a poco irá aprendiendo. Y, sobre todo, le marcamos los momentos en los que está muerto de la risa con ella, o le hace ojitos o quiere ir corriendo a despertarla a besos.
Todos a bordo
El otro día estábamos en el parque y Camila estaba jugando en la avioneta amarilla y le conté que hace casi seis años, cuando íbamos a ir por primera vez con ella a Colombia, le habíamos tomado una foto ahí subidita para anunciar el viaje. De inmediato pidió que le tomáramos otra foto, así que subimos a Jacobo a bordo y tomamos esta foto. Abróchense los cinturones, que comienza la cuenta atrás, en menos de un mes nos vamos a Colombia.
14 meses de Jacobo
Un mes más de don Jacobo. Ya camina todo el tiempo. Así tenga que desplazarse medio metro, se pone de pie y camina, cada vez más seguro, cada vez más equilibrado. Y descubrió que puede ir caminano solito por la calle, sin ayuda de nadie, sin cogerse del dedito de los papas, así que a veces va por ahí sin rumbo fijo y muerto de la risa (y se pone histérico si intentamos cogerlo en brazos).
Ya aprendió a decir Iaia y Javier (Aeeer), ya da besitos lanzados al aire, lanzados con la mano y estampados en la mejilla. Y hace ojitos, que nos derriten a todos.
Ya coge más o menos bien la cuchara y el tenedor y a veces come solito, aunque medio yogurt termine desparramado sobre la mesa o medio huevo tirado por el suelo. Creemos que va a ser zurdo, pues siempre coge los cubiertos y los colores con la izquierda.
Le encanta lavarse los dientes: pide su cepillo y se pone a lavárselos un buen rato sentadito en un escalón en la entrada del baño. Nos hace acordar de Camila, aunque para ella era fundamental que nosotros nos los laváramos al tiempo.
Ya se queda a comer casi todos los días en la guardería y cuando lo recogemos está contento, pero la dejada sigue siendo muy complicada. Se queda llorando a mares, y cuando salimos del edificio seguimos oyendo sus gritos. La profesora dice que no se deja consolar y la rechaza durante unos 5 minutos y que luego sí se calma, pero aunque sólo sea un minuto no deja de ser doloroso dejarlo así. Nos sorprende que hay bebés más grandes y más pequeños que Jacobo que se quedan como si nada: un besito de los papás y ya está. Jacobo se nos agarra con fuerza y está tenso hasta el momento en que nos vamos, que es cuando comienza a llorar desconsolado. Ojalá se le pase pronto.
Le gustan mucho las pelotas y los carros, y el Ipad, al que a veces llama Tata, pues por ahí chateamos con la abuelita. Ya sabe escoger los juegos que le gustan y reconoce cuál es la aplicación de Youtube, donde ve Pocoyó. Pero no se queda quieto y todo el tiempo esta pasando de una cosa a otra, y no deja que Camila o nosotros toquemos el Ipad si él lo tiene en su poder.