Aparte de la etapa princesas, que por suerte se limita a que Camila actúa como princesa perdida, Rapunzel, la Bella durmiente, etc. (y nosotros como reyes, o príncipes, o brujas, según el papel que nos asigne, a veces con parlamento incluido), últimamente también ha estado jugando mucho con muñecos, tanto de peluche como bebés. A veces es la mamá de una conejita y una muñequita de trapo, y las duerme o les da un paseo y las defiende de unas avispas que las pican y les pone cremita, y a veces es la mamá de un bebé. Como hoy, que estuvo jugando más de una hora a cuidar a su hijita Isabel: le dio tetero, la puso a hacer la siesta, le cambió el pañal, le compró juguetes, la cuidó cuando le daba mamitis, le dio un mordedor para que no le dolieran los dientes y hasta llamó al médico porque se puso malita.
Jugó todo el rato al lado de la mamá, mejor dicho, del papá de Isabel, que aunque estaba trabajando la pudo oír comprar comida en el Territorio a cambio de unos tornillos de pasta: "señora, véndame unas manzanas, tenga cientos de euros", o llamar al médico con voz preocupada: "doctor, tengo aquí un bebé con temperatura, con fiebre". "Listo, que viene en 15 minutos." Por suerte, después de una inyección, Isabel se puso mejor y Camila la pudo acostar en su camita. Al rato nos dijo que ya se había quedado dormida y que teníamos que hablar pasito para que no se despertara. En fin, que hoy fue una mamá estupenda.
martes, 9 de agosto de 2011
Camila maternal
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