Desde hace unos días Camila ha preguntado un par de veces en plena comida: "¿Por qué el pollo está muerto?" o "¿Por qué el pescado está muerto?" Y le explicamos que están muertos para que nos los podamos comer. Suena bastante mal, pero no se nos ha ocurrido nada mejor. Pues bien, ayer Camila estaba ayudando a la mamá a preparar una ensalada con trocitos de pera y de pronto preguntó: "¿Por qué la pera está muerta?". La mamá le dijo que no estaba muerta, que las peras no se mueren, a lo que Camila contestó: "Pero tienen corazón".
jueves, 17 de marzo de 2011
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5 comentarios:
Está entrada parece cuento de Jairo Anibal Niño, jaja. Saludos por allá :)
Hey. Pensábamos que habíamos perdido al seguidor número 1 del blog... Abrazos.
Dura pregunta, exige una respuesta muy cuidadosa. Yo intentaría sortearla explicando la perdida de vida, obviamente por un fin. De hecho la pera también perdería su vida en aras de nuestra nutrición. La verdad que me estudiaré la respuesta para cuando a Matilda también le de por esas.
Bueno, qué es esta belleza!!! Me encanta esta edad en la que está Camila, las ideas que con una claridad pasmosa e irrebatible surgen en su cabecita y nos dejan a los adultos perplejos! Camila, te cuento que los corazones de las peras son distintos a los de los pollos porque los de las peras no laten; ¿sabes qué es latir? Bueno, pega una oreja al pecho de tu papá o tu mamá y verás que significa! Luego podemos seguir enumerando diferencias!!! Muchos abrazos de esta tía que ha andado perdiéndose esta píldoras maravillosas que tus padres con tanta generosidad comparten con todas nosotras!
Oh!! :)
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