domingo, 20 de marzo de 2011

El día de la torre gigante



Ayer celebramos el día del padre, que consistió básicamente en comer delicioso y en pasarnos todo el día jugando juntos, en realidad algo no muy fuera de lo normal. Camila le pintó unos arbolitos muy bonitos, pero el regalo quedó incompleto porque el carpintero de la esquina nos quedó mal... Terminamos haciendo caminos con fichas de madera y una torre gigante hasta el techo que Camila quería que durara muchos años (no duró más de 15 minutos).
Esta mañana, apenas se despertó, Camila dijo: "Hoy es el día del padre", y cuando la mamá le recordó que había sido ayer, ella insistió en que quería que hoy también fuera el día del padre. Muy buena idea.

3 comentarios:

Ángela Margoth dijo...

De acuerdo con Camila, las buenas cosas hay que repetirlas todas las veces que se pueda! El cumple puede celebrarse días antes, el día que es, días después, los "días" de papá y mamá también pueden ser cualquier día, ¿por qué racionar las ocasiones para celebrar? ¿Cierto Camila?

Renée dijo...

¡Qué amorosa! Y sí! hay que repetir lo bueno de la vida. ¿Y qué comieron que estaba tan rico?

la mamá dijo...

Comimos Filet Mignon, uno de los platos preferidos del papá y la mamá, pero creo que podemos decir que también entró en la lista de preferidos de Camila, pues le encantó.
Y en cuanto a las celebraciones, es cierto, cada día debería celebrarse como un día especial. No se puede comer Filet Mignon a diario, pero sí se puede intentar pasarlo lo mejor posible.