En marzo encontramos una araña y decidimos tenerla de "mascota", y pronto tejió su telaraña y comenzamos a darle comida.
Y se comió todo lo que le poníamos: polillas, tijeretas, incluso otras arañas (u otra araña se la comió a ella, pues eran iguales y no supimos cuál sobrevivió), y después de unas semanas puso huevos:
Y semanas después aparecieron montones de arañitas:
"Qué fertilidad", dijo la Iaia al ver la foto, "Más bien qué hambre", dijimos nosotros, pues dos días después no quedaba ninguna. Se las comió a todas (esperamos que sea eso y no que se hayan escapado), y sólo quedaban un par de cadáveres. The Darwin way of life.
1 comentario:
Que gusto que hayan reanudado el blog...muy amables, ya estamos muy acostumbrados a esa gran historia familiar, a sus buenas fotografías...a todo.
Desde Limbania un saludito y un abrazo grande de Clara y Luis.
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